¡Tú tienes la Culpa!

Qué frase tan lapidaria, ¿verdad? Sin embargo es lo que más oímos en nuestras diferencias con los demás. Sentirse culpable es una de las sensaciones más devastadoras que se pueden sentir. Jugamos diario a culpar a todos por lo que nos pasa o nos endilgan culpas que, sin deberla ni temerla a veces nos daña moralmente durante largo tiempo.

“Por mi culpa, por mi culpa, y por mi GRAN culpa” es una frase que aprendemos temprano en la vida y nos obligan a agachar la cabeza y a darnos golpes de pecho mientras la pronunciamos… y nos la creemos.

Como en todos los actos humanos, nos vamos a los extremos: o nos vemos muy vulnerables y aceptamos culpas de todo y de todos o nos volvemos cínicos y algunos hasta sociópatas al realizar actos indebidos sin sentir culpa o remordimiento lo cual es ya patológico.

No es lo mismo SER CULPABLE que SENTIRSE CULPABLE.

Ser culpable es que se te haya comprobado un acto de mala fe y que ese acto haya causado DAÑO.

Sentirse culpable compete a tu percepción y a tu auto-estima. Si estás haciendo las cosas correctas, aunque salgan mal, no debe provocar que te sientas culpable.

Dicen que los criminales siempre vuelven al lugar del crimen, ¿será que inconscientemente requieren castigo? Muchos no pueden con la consciencia y… se entregan voluntariamente.
Aun Jesús, siendo quien era, sufrió de la acusación de ser culpable de blasfemia. Cuando predicaba y decía que era “uno con Dios”, los judíos intentaron matarlo a pedradas. “Muchas buenas obras os he mostrado de mi padre; ¿por cuál de ellas me apedreaís”

En un reciente programa de radio en el cual participó el Psicólogo Jorge Bucay, se trató el tema de la culpa.

Dice el Dr. Bucay que la culpa es un sentimiento displacentero que conlleva una responsabilidad. La definición de RESPONSABILIDAD es: HABILIDAD DE RESPUESTA. Por tanto, cada acto que maneje culpa, habrá que cambiarlo inmediatamente por: RESPONSABILIDAD.

De modo que cuando alguien te acuse: “Tú tienes la culpa” o “por tu culpa…” responde inmediatamente: “Déjame ver cuál es mi responsabilidad”. o “ Te diré de qué me siento responsable”.

Si encuentras que en realidad has omitido algún acto y que perjudicó a alguien, entonces es tiempo de compensar. Si en cualquier circunstancia, hiciste todo lo que estuvo en tus manos, entonces debes sentirte satisfecho y saber en tu interior que hiciste lo que debías hacer.

Cuando aceptamos culpas que no nos corresponden adquirimos la categoría de “TÍTERES” es que… “me echas la culpa y me haces sentir culpable” hay que ver cómo nos victimizamos. NO LES REGALES TU PODER.

Echar culpas es un acto de manipulación. Alguien desea que te sientas mal. En la sociedad argentina se decía a los padres: “HAGA SENTIR CULPABLE A SU HIJO; ÉL SABRÁ POR QUÉ”

Definitivamente: NADIE PUEDE HACERTE CULPABLE SI TÚ NO LO PERMITES.

Si me siento culpable, me juzgo. Y me condeno. Normalmente nos condenamos cuando nos equivocamos. Démonos permiso de equivocarnos y de perdonarnos y de seguir adelante… Si me juzgo responsable, REPARO. Los progresos humanos… todos… se hicieron en base a ENSAYO-ERROR; ENSAYO-ERROR; ENSAYO-ERROR…

Otras maneras de contestar cuando te inculpen son:

“No me manejes más” “evita intentar manejarme” “¿Estás tratando de manejarme?”

“No soy culpable de lo que me estás diciendo” “No te voy a contestar”

“Lo reparé… asunto terminado” (si es que ya reparaste)

“Me equivoco, soy falible, me sigo equivocando”

Debe tenerse presente que si se realiza algún acto… el que sea, y si no hay DAÑO, NO DEBE HABER CULPA. Si por alguna razón hubo daño, debe haber reparación y debe haber auto-perdón.

Recordemos que culpar es de exigentes, omnipotentes, prepotentes, culpadores y manipuladores.

No es natural. Es aprendido. Ya tienes herramientas para defenderte. Te deseamos una vida libre de culpas.

Saludos Cordiales.

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